¿Qué es el trabajo? La definición a esta pregunta en la RAE es “el esfuerzo humano aplicado a la producción de una riqueza, en contraposición de un capital.” De acuerdo, trabajamos para generar riqueza a una empresa o empresario y a cambio éste nos retribuye por ello. ¿Y ya está? ¿No hay más? Trabajamos las horas que nos piden por el importe que nos dan y callamos ¿Nuestro trabajo no genera otras riquezas retributivas? Nosotros mismos somos generadores de ellas ya que consumimos bienes y a la vez reinvertimos nuestra contribución por haber trabajado.
Según datos de la OCDE, a finales de 2019 en España se alcanzaba el 13,7 % de asalariados sindicados, el dato más bajo en 30 años. Este año, mucho nos tememos que va a ser más bajo todavía. Hay multitud de causas por la que los trabajadores no desean afiliarse a un sindicato. Se les ve como empresas, su cuota de afiliación es alta en contraprestación con lo que reciben, los escándalos en algunas organizaciones sindicales, sus beneplácitos con los Poderes y sobre todo, la falta de cultura y educación sindical que hay en España y que año tras año va cayendo.
Los propios trabajadores no saben qué hacer cuando vulneran sus derechos. No conocen su propio convenio o E.T. o, cómo deben abordar un problema laboral o judicializarlo. Se encuentran desprotegidos para denunciar o consultar. Al no estar sindicados, deben buscarse la vida o callar y tragar.
En este último punto queremos hacer una reflexión, ¿A quién conviene todo esto? La respuesta es sencilla. Al empresario, no cabe duda. Cuanto más ignorante es un trabajador en el conocimiento de sus derechos, de sus reivindicaciones, de su propio convenio al que está adscrito. Separan al individuo del colectivo y, por supuesto, si no está sindicado mejor, más fácil de manejar, de moldear y de generarle incertidumbres laborales y económicas. Lo que podríamos denominar “miedo” a perder lo que tiene. Aunque mal retribuido y sea injusto por su aportación a esa llamada riqueza del capital, siempre tiene algo.
Tal vez no sea demasiado tarde para abordar esta problemática de principios, de ideología y de lucha justa, pero debemos hacerlo ya y unos de los principales principios es “la educación”.
Es sabido que desde el principio de nuestra vida se nos enseñan valores, tanto en la cultura como en la educación y que somos capaces de aprenderlos más rápidamente y quedan incorporados en nuestra personalidad y conocimiento. Es por esto por lo que abogamos, por enseñar los valores de las personas trabajadoras, de sus derechos, de sus obligaciones, junto con emprender, ser independientes, autónomos, cómo invertir… ya que los que terminen la enseñanza obligatoria serán empresarios, autónomos o asalariados.
SOMOS SINDICALISTAS pide que así sea, que haya cultura del trabajo en la Enseñanza Obligatoria. Que se eduque en los derechos de los trabajadores, su Estatuto, el EBEP, los convenios colectivos, las organizaciones sindicales, para qué sirven y, por su puesto, sus deberes como trabajadores.
Todos deberían completar conocimientos básicos en cultura laboral, porque como hemos dicho, la gran mayoría serán asalariados y los que sean emprendedores empresariales también tendrán esos conocimientos básicos para entender que no todo lo que se genera es riqueza capital y que con mano de obra justamente retribuida, valorada y educada, su empresa generará más riqueza, tanto capital como humana, a esto podríamos denominarlo CULTURA LABORAL.
Antonio Díez del río.
Miembro Ejecutiva Estatal | Somos Sindicalistas
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En resumen, si por fin un sindicato piensa como tú, no lo dudes la afiliación de trabajadores hace la fuerza.