¿Qué está pasando con la lucha de los trabajadores por defender sus puestos de trabajo? O mejor dicho ¿Qué pasa con esa pasividad, esa sumisión casi enfermiza ante cualquier imposición que nos viene de los mandos y que además nos afecta directamente a nuestra calidad de vida?
Jornadas de ocho horas, que se convierten después en jornadas de cinco porque, por hacer un favor a la empresa, has suplido y hecho el trabajo de la persona que estaba de baja y cuando regresa, os reducen la jornada a las dos, ya que el trabajo ha salido adelante. Explícales luego las historias que tuviste que hacer para que saliese el trabajo.
Contratos indefinidos que se convierten en fijos discontinuos y, para más inri, con la supuesta conformidad del trabajador/a. Disminución de personal, pero que salga la misma cantidad de trabajo. El estrés, no poder hacer un trabajo de calidad, la rapidez. Y con las prisas, las temidas consecuencias, accidentes de trabajo (que claro está, se culpa al accidentado por no tener cuidado) que en algunos casos, incluso se convierten en muertes ¡Es indignante!
Los empresarios no están ganando “tanto” y esto, para ellos, son “perdidas”.
Pero ¿Y los trabajadores? ¿En cuánto se han reducido sus ganancias? Trabajadores agradecidos por tener un trabajo precario y un sueldo mísero, que se sienten tan agradecidos que agachan la cabeza y obedecen las ordenes sin ninguna queja?
Frases que, de unos años para acá, se han convertido en jerga laboral. Nos van empequeñeciendo el cerebro y el espíritu y las empleamos de forma tan cotidiana que lo aceptamos. “Esto es lo que hay” “La empresa va muy mal” “Si no lo hacemos, vamos a tener que cerrar” “ No están las cosas para pedir nada” “ Ahora toca apretar y punto”, etc, etc, etc. ¡Vamos a ver! Si venimos trabajando cada vez más por menos dinero, si no utilizamos nuestros derechos laborales para que la empresa nos tenga a “bien” y no nos pongan en la lista negra, si ir a trabajar se ha convertido en algo “terrible” que nos produce ansiedad, desasosiego, estrés…Yo me pregunto, ¿Hasta cuándo?. Porque después de todo esto, viene un día tu responsable y te dice que te pases por la oficina a recoger tu finiquito, porque se prescinde de ti.
De camino, se te “revuelven las tripas” y te acuerdas de golpe de todas esas cosas que has hecho por la empresa, como cuando fuiste enferma a trabajar, cuando operaron a tu familiar y sólo cogiste un día, cuando cubriste el trabajo de tu compañero/a y luego os redujeron la jornada a los dos porque el trabajo salió… Y todo lo que tú has hecho por la empresa se diluye como un azucarillo en el café. Y tu indignación y frustración y mala leche crece y entonces tienes un momento de lucidez y piensas ¿Qué he hecho?
Y yo te respondo “NADA”.
SÓLO DEFIENDES TU PUESTO DE TRABAJO PERO JUNTOS DEFENDEMOS EL DE TODOS.
DEFIENDE TUS DERECHOS LABORALES Y UTILIZALOS, SON TUYOS.
UN TRABAJO DIGNO PARA TI, SERÁ UN TRABAJO DIGNO PARA LOS QUE VIENEN DETRÁS.
RESPETA Y EXIGE QUE TE RESPETEN, SOMOS PERSONAS.
África Bermejo. Trabajadora del gremio de Hostelería y Miembro Ejecutiva Estatal Somos Sindicalistas.
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En resumen, si por fin un sindicato piensa como tú, no lo dudes la afiliación de trabajadores hace la fuerza.